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HACE PARTE DE TI

Cada uno, como seres individuales que somos, poseemos características que hacen parte de nosotros, cabe decir, que existen aspectos de nuestra vida que, en definitiva, son inmodificables por más que intentemos cambiarlos, ya que hacen parte fundamental de nuestro ser.

Vamos a descubrir a través de este artículo, lo que muchas veces no aceptamos de nuestra vida y cuanto nos afecta a la hora amarnos a nosotros mismos.

Hay un primer aspecto, que es muy importante y es nuestra apariencia. Por más que queramos ser diferentes y hagamos todo para ello nos damos cuenta al final esto no puede cambiar de nuestra verdadera necesidad interior.

Hay muchas personas que logran modificar muchísimas partes de su cuerpo, pensando con ello que se van a sentir mejor y fortalecer su autoestima, pues ese no sería el punto, ya que esta y el aceptarse a uno mismo, no depende de miles de transformaciones; es algo interno, es el amor propio.

Vemos en la realidad, muchos individuos que han invertido cantidades de dinero en su cuerpo, pero nada les satisface, les llena y les realiza, porque siguen experimentando el mismo vacío en su ser.

El rey David declaró en uno de sus Salmos lo siguiente: “Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; estoy maravillado y mi alma lo sabe muy bien”. Esto lo dijo refiriéndose a sí mismo, dando gracias al Creador por la forma en que lo había hecho. ¿Podemos decir lo mismo cada uno de nosotros?, ¿Podríamos afirmar que somos la más grande obra de la creación? Empiece por amarse cómo se ve, cuide su cuerpo y valórese cada día como el ser extraordinario que es.

Otro aspecto inmodificable, pero para bien, son los talentos o habilidades. Lógicamente, cada uno de nosotros estamos en capacidad de desarrollar y aprender muchas destrezas, pero no podemos caer en el error de sentirnos inferiores, pensando que no tenemos las habilidades que tiene otro individuo. Siempre vivimos rodeados de personas que sobresalen en diferentes aspectos, pero esto no significa que nos debamos sentir menos, puesto todos tenemos, de forma diferente, pero realmente dotados por Dios.

No es sano compararnos mirando lo mejor de otros y muchas veces, viendo lo peor de nosotros; esto nos llevará a desarrollar un complejo de inferioridad, anulando nuestra vida sin poder dar el máximo de lo que tenemos. Mientras que cuando nos vemos diversos, con capacidades diferentes, entendemos que, así como este brilla por un tema, nosotros brillamos por otro.

¡Disfrutemos entonces de cómo somos, lo que tenemos y lo que podemos hacer! Cuando conocemos bien nuestro ser y reconocemos las calidades puestas por Dios, podemos ser cada día excelentes en lo que realizamos y desarrollaremos todo nuestro potencial.

Te invito entonces a profundizar en estos y otros aspectos de tu vida, que hacen parte de ti, a través de un maravilloso libro, donde descubrirás el efecto de la Teotarapia en la autoestima, titulado: “¿Es un pecado amarse a sí mismo?” Allí encontrarás herramientas para disfrutar de lo que somos y proyectar esa maravillosa persona que eres.

Adriana Aristizábal

Misionera