El escándalo que rodea al exfuncionario del CTI Francisco Javier Martínez, alias ‘Pacho Malo’, vuelve a sacudir los cimientos de la justicia en Colombia. Un juez de conocimiento ordenó la captura de dos exintegrantes de la Fiscalía por su presunta participación en una serie de actos ilegales destinados a favorecer al exjefe del CTI en Buenaventura, hoy capturado por vínculos con contrabando y narcotráfico.
Los señalados son Víctor Alfonso Forero Cortés, exjefe de Policía Judicial de la unidad delegada para la seguridad territorial, y Camilo López Linares, técnico investigador adscrito al Nivel Central. Ambos fueron dejados en libertad inicialmente, pero una apelación de la Fiscalía permitió que la segunda instancia revocara la decisión y emitiera orden de captura.
El Ministerio Público los investiga por falsedad ideológica en documento público, ocultamiento, alteración o destrucción de elemento material probatorio, y favorecimiento, delitos que apuntan a un posible encubrimiento deliberado en uno de los casos más turbios que ha afectado a la institución.
En el expediente figura una grabación revelada por la Fiscalía en la que Forero Cortés habría solicitado al investigador Fabio González alterar un informe clave relacionado con alias ‘Pacho Malo’. Esta evidencia, junto con otros testimonios y pruebas técnicas, motivó a la fiscal especializada contra la corrupción, Alejandra Cucunubá, a sustentar la necesidad de imponer medidas de aseguramiento.
No se trata de un hecho aislado. La historia de alias ‘Pacho Malo’ ha escalado en gravedad desde noviembre pasado, cuando la prensa lo perfiló como un actor central en redes de contrabando y narcotráfico con presunto acceso abusivo a sistemas informáticos oficiales. Que su círculo cercano esté compuesto por exfuncionarios judiciales hoy acusados de manipular pruebas, plantea preguntas profundas sobre la fragilidad ética en sectores clave de la administración de justicia.
Esta nueva decisión judicial no solo apunta a quienes directamente habrían interferido en las investigaciones, sino que deja entrever una estructura de complicidad interna que, de comprobarse, significaría un grave deterioro institucional.
¿Cuántos otros “Pachos Malos” están siendo protegidos desde adentro?
La Fiscalía deberá responder no solo ante los tribunales, sino también ante una ciudadanía harta de ver cómo los mismos llamados a combatir el crimen terminan siendo sus cómplices.
Escrito por: Humberto ‘Toto’ Torres